Imágen: Blanka Gómez de Segura en su taller del Museo de Alfarería Vasca.
* Esta entrada complementa la parte de ciencia que desarrollamos en el artículo “Moldeando ciencia con las manos: Blanka Gómez de Segura, maestra alfarera” de nuestra sección Alborotadoras de saberes en Pikara Magazine.
En nuestra visita al Museo de Alfarería Vasca, entre otras cuestiones, pudimos hablar con nuestra anfitriona, Blanka Gómez de Segura, de parte de la ciencia que contiene el proceso de elaboración de la porcelana.
La porcelana es un material cerámico producido originalmente de manera artesanal y en cuya elaboración encontramos como materia prima principal el caolín. Este mineral, cuyo nombre procede de la montaña Kao-Ling, situada en la provincia de Jiangxi (China), está considerada la arcilla más pura que se conoce. Está compuesta por sílice, alúmina y agua y su fórmula química es Al3Si2O5(OH)4 (disilicato alumínico dihidratado), pero durante mucho tiempo, poco más se ha sabido de su proceso de elaboración que, al igual que la seda, era un secreto de Oriente.
En Occidente no es hasta comienzos del siglo XVIII cuando se descubre la forma de fabricación de la verdadera porcelana (hasta entonces se habían elaborado piezas de porcelana de pasta fina, un intento de imitar el proceso). Fue en Alemania del Este, donde se extrajo una tierra fina y grisácea, el famoso caolín antes mencionado, de las minas de Kolditz. Para su elaboración, éste se mezcló con alabastro calcinado y feldespato, pero en esta ocasión el elemento más novedoso del proceso de elaboración fue la manera de llevar a cabo la cocción, a una temperatura inusual de 1300 a 1400 grados y durante doce horas seguidas.
Un técnica que, como vemos, contiene toda una ciencia alquímica impresionante.